Para su realización el arquitecto realiza una visita de toma de datos, realizando un levantamiento del inmueble donde, además, se recogen diversos datos de los elementos constructivos. Tras la toma de esos datos, se elaboran los cálculos necesarios para obtener la calificación energética del inmueble, valorándose en una escala de la A a la F, siendo A los de mayor eficiencia energética y G los de peor eficiencia energética. Posteriormente ese certificado es tramitado ante el organismo autonómico correspondiente, que emite la etiqueta energética correspondiente. Este certificado tiene una vigencia de 10 años, a excepción de certificados de eficiencia G, que solo tienen una vigencia de 5 años. En ambos casos, perderán su vigencia si se desarrollan obras que modifiquen su envolvente o instalaciones térmicas.
Desde el año 2013 es obligatorio estar en posesión de este certificado para el alquiler o venta de viviendas.
Desde el año 2013 es obligatorio estar en posesión de este certificado para el alquiler o venta de viviendas.