El promotor encarga una pequeña edificación, en una parcela en esquina, para albergar un uso de garaje de vehículos. Además, quiere disponer de un espacio de trabajo anexo al mismo.
La parcela presenta una geometría irregular, cerrando una manzana. En el momento de iniciar el proyecto la parcela presenta un cerramiento de bloque cerámico, al igual que ocurre en la mayor parte de los solares vacíos en la pedanía. Se busca mantener ese cerramiento, manteniendo la imagen que domina en la calle que, si bien es un suelo urbano consolidado, nunca ha llegado a completar la edificación de los múltiples solares que aún se mantienen vacíos.
Se proyecta, por tanto, una caja que se encaja dentro del solar, colmatándolo, generando en el interior dos espacios que coinciden con las formas irregulares de los linderos, pero que aportan regularidad al interior.